
La gestión de la pandemia en Argentina determinó que los niños de todos los niveles educativos no tuvieran clases presenciales durante 2020, en nombre de una enfermedad que es menos letal con ellos que la gripe común.
Cientos de miles de alumnos siguen sin clases mientras otros asisten con protocolos absurdos. Quienes pedían por la apertura de los colegios fueron tildados de desaprensivos, antivacunas, asesinos de abuelos y de docentes, malos padres, burros, y cosas peores. Cuando se agruparon en Padres Organizados, fueron atacados sistemáticamente, de forma organizada también. Hoy no cabe duda de que los que reclamaban tenían razón.
No esenciales es la crónica de este año aciago y un análisis detallado de las consecuencias desastrosas de tener las escuelas cerradas; el recordatorio de cómo se comportaron a la hora de tomar decisiones los que suelen utilizar la educación como prioridad en su discurso proselitista, y una guía de acción para ayudar a que padres y docentes puedan seguir interviniendo en defensa de los derechos de los niños con argumentos rigurosos y fundados.
Acerca de la autora
María Victoria Baratta es historiadora, docente, e investigadora del CONICET. Durante 2020, la gestión de la pandemia en el país la impulsó a investigar, en paralelo con su trabajo de historiadora, sobre los efectos del confinamiento y las escuelas cerradas en niños y adolescentes.
Fuente: M V Baratta, No esenciales – la infancia sacrificada, Buenos Aires: Del Zorzal, 2021.