Un estudio realizado por la Universidad de Arizona descubrió que casi la cuarta parte de los perfiles de Tinder, son perfiles falsos que imitan el comportamiento humano. A través de este ardid, los algoritmos engatusan personas y, más que darles amor, buscan quitarle información sensible como sus números de tarjeta de crédito. Otra vieja forma del amor interesado, pero en pleno siglo XXI.
¿Cómo reconocer a los “falsos Romeos digitales”?
Sugerimos acudir al perfil de Facebook de los mismos. Suelen tener unos sesenta contactos y en su info incluyen el nombre de la (supuesta) escuela, su trabajo y cuatro imágenes anodinas extraídas de Google.
Si reciben un saludo y una invitación a conversar en otra plataforma, el paso fatal es asistir a un portal en internet, donde el engatusado, creyendo en la sinceridad del amor, revela datos sensibles de sus finanzas.
Estad prevenidos de estos malignos algoritmos, que suelen ser bien interesados, y obedecen a infames intereses de personas que se disfrazan de cupidos.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-triste-romance-entre-una-persona-y-un-bot-nid28022021/