El martes 26 de octubre de 1909 nacía en Buenos Aires Dante Quinterno, dibujante y creador de una galería de entrañables y criollos personajes como Isidoro Cañones, y el noble cacique Patoruzú. Seres que se publicaron por vez primera, en octubre de 1928, adelantándose a famosos como Batman y Superman. Más aún, Upa fue una clara fuente de inspiración para Obelix.
Nuestro tehuelche primereó entre los grandes personajes de las historietas, con características superargentas. Pese a no ser un físicamente agraciado, con una nariz prominente, Patoruzú era algo así como el hombre perfecto dentro de la imperfección humana, por su apego a la justicia y a la fraternidad.
En un viaje a Norteamérica, Quinterno aprendió a moverse dentro de los parámetros de la propiedad intelectual, patentando sus creaciones, pequeño gran detalle que le permitió ejercer el pleno derecho sobre sus personajes, e incursionar en la comercialización del merchandising.
Creó sus propias tiras de historietas, editadas durante décadas en formato pequeño, ideal para llevarlas dobladitas en cualquier bolsillo y amenizar eternos viajes ruteros.
Dante Quinterno fue un empresario, pero siguió siendo dibujante. Dio trabajo a cientos de personas en su propia editorial. Siendo el jefe supremo, era quien solía apagar la luz.
En 1941 comenzó a publicarse Patoruzú como tira del diario neoyorquino P. M., periódico en el que escribían personalidades como Hemingway. Era reconocido por su calidad gráfica y porque allí colaboraban grandes artistas. La primera historieta que se publicó en ese medio fue Patoruzú. El buen Quinterno adquirió notables seguidores, tal como se percibe en esta imagen, donde hasta una diva del séptimo arte, le explicitara su devoción al gran cacique patagónico…
Su visión del negocio editorial, también le permitió incursionar por el cine, por eso en noviembre de 1942 estrenó “Upa en apuros”, cortometraje de 15 minutos, que fue el primer dibujo animado argentino en colores.
Cultor del bajo perfil, en lugar de dar entrevistas, prefería expresarse a través de sus personajes. A ver si contagia a varios autorreferencialistas que poco hacen y mucho hablan…
En marzo de 1972, el cacique tehuelche salió de las historietas, se fue hasta el Valle Inferior del Río Chubut, y junto a un grupo de entusiastas deportistas fundó un club de rugby que se basa en los valores. Será por eso que queremos tanto a Patoruzú como a Dante Quinterno, seres justos e inspiradores.
Celebramos su nacimiento, y su obra. Por eso invitamos a visitar estas páginas para repasar las Locuras de Isidoro, o las Andanzas de Patoruzú junto al inquieto Juan Sasturain.
Ahijuna canejo!