El nuevo nuncio apostólico en la Argentina, monseñor Miroslaw Adamczyk, arribó al país el 6 de septiembre y fue recibido por representantes del Episcopado.
La Nunciatura Apostólica en la Argentina informó la llegada del nuevo Nuncio Apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, ocurrida en la mañana del domingo 6 de septiembre, en un vuelo de la compañía Air France proveniente de Roma.
A su llegada, fue recibido en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza por el director nacional de Ceremonial del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, embajador Cristian Roberto Dellepiane Rawson, en representación del Gobierno Nacional; el cardenal Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y vicepresidente primero de la Conferencia Episcopal Argentina, y el secretario general, monseñor Carlos Humberto Malfa; y el encargado de negocios de la nunciatura apostólica, monseñor Aliaksandr Rahinia.
Monseñor Adamczyk ya está alojado en la sede de la Nunciatura, en el barrio porteño de Recoleta, donde cumplirá 14 días de cuarentena en virtud del protocolo por la pandemia de coronavirus. Transcurrido ese tiempo presentará las cartas credenciales ante el presidente de la nación, doctor Alberto Fernández.
El 22 de febrero de 2020, el papa Francisco nombró nuncio apostólico en la Argentina a monseñor Miroslaw Adamczyk, polaco de 58 años, arzobispo titular de Otricoli, hasta ese día nuncio apostólico en Panamá. El nuevo representante pontificio será el décimocuarto nuncio apostólico ante el gobierno argentino.
Monseñor Adamczyk, además de su lengua materna, el polaco, habla español, italiano, inglés y francés.
Tras su nombramiento en febrero de este año, monseñor Adamczyk se quedó en Panamá hasta el mes de junio, después partió hacia Europa y allí tuvo que quedarse en virtud de la cancelación de vuelos en todo el mundo debido a la pandemia de coronavirus. Pudo llegar solo recién a su nuevo destino pastoral. En la Argentina, por protocolo, el nuncio es el decano del cuerpo diplomático.
La nunciatura y las funciones del nuncio apostólico
Con la llegada del nuevo nuncio apostólico a la Argentina, monseñor Miroslaw Adamczyk, es oportuno conocer qué es la nunciatura apostólica y qué funciones cumple el nuncio.
El nuncio apostólico o nuncio papal es el representante diplomático de la Santa Sede –no del Estado de la Ciudad del Vaticano– con rango de embajador. Representa a la Santa Sede ante los Estados (y ante algunas organizaciones internacionales) y ante la Iglesia local. Suele tener el rango eclesiástico de arzobispo. Normalmente reside en la sede de la nunciatura apostólica, que goza de los mismos privilegios e inmunidades que una embajada.
En los casos en que no existan relaciones diplomáticas con las autoridades de un Estado, el representante de la Santa Sede ante la Iglesia local recibe el nombre de delegado apostólico.
En muchos países, como en la Argentina, el nuncio papal tiene precedencia protocolar sobre el resto de los embajadores.
El nuncio apostólico tiene, de ordinario, una función intra eclesial que consiste: 1) en informar, de modo estable y objetivo, a la Santa Sede sobre las condiciones de las comunidades a las que ha sido enviado, y sobre cuánto pueda tener un reflejo en la vida de la Iglesia y en el bien de las almas; 2) en ayudar, aconsejar y colaborar con las Conferencias Episcopales y con cada uno de los obispos del territorio que le ha sido confiado, respetando naturalmente el ejercicio de la jurisdicción que le es propia; 3) una función diplomática, cuyo objeto es promover y favorecer las relaciones entre la Santa Sede y el Estado ante el cual ha sido acreditado.
En la Argentina el nuncio desempeña, de acuerdo a la convención de Viena, la función de Decano del Cuerpo Diplomático.
Precisiones conceptuales e históricas
El rango diplomático del nuncio como embajador quedó fijado en el Congreso de Viena (1815). Al igual que los diplomáticos, el nuncio tiene que ser acreditado por el Estado de recepción.
En cuanto al hecho de que el nuncio sea decano del cuerpo diplomático, se solucionó de esta forma una larga disputa entre los Estados sobre la precedencia diplomática. La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961 mantuvo la práctica de este privilegio del representante papal.
Al nuncio apostólico, en calidad de decano, le corresponde tomar la palabra en nombre del cuerpo diplomático en ocasiones solemnes y también resuelve conflictos que puedan surgir entre alguna representación diplomática y el Estado de acogida.
La nunciatura tiene una estructura similar a la de una embajada, con consejero de nunciatura, secretario de nunciatura, etc. Estos cargos suelen ser ocupados por diplomáticos de carrera de la Santa Sede, todos ellos clérigos, formados en la Pontificia Academia Eclesiástica, establecida en 1701. La mayoría de los nuncios proceden del servicio diplomático; algunos de ellos pasan a ser luego obispos de alguna diócesis o retornan a la Ciudad del Vaticano para trabajar en algunos dicasterios; algunos llegan a ser cardenales. Algún papa, como Juan XXIII, fue anteriormente nuncio, concretamente en Bulgaria, Turquía y Francia.
Fuente: AICA