Primera santa uruguaya

Primera santa uruguaya

El papa Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos promulgar el decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercesión de la Beata María Francisca de Jesús (Madre Francisca Rubatto), acto con el que aprobó la canonización de la que será la primera santa del Uruguay. La noticia fue difundida por la Santa Sede el sábado 22 de febrero. La canonización será en Roma en fecha por definir.

El milagro que se atribuye a la Madre Rubatto se refiere a un joven del Uruguay que en el año 2000 sufrió un accidente de moto que le produjo un trauma craneano con hemorragia y entró en un estado de coma grave. La invocación a la Madre Francisca fue muy fuerte y antecede a la curación. Es importante destacar que no le quedó a este joven ninguna secuela del accidente.

En palabras del Cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, este acontecimiento es una inmensa alegría para la Iglesia local y recordó la labor de la Madre Rubatto, quien “evangelizó toda la zona oeste de la capital, que trabajó por la dignidad de la mujer, fundando escuelas y talleres para las chicas, sobre todo, las de barrios populares”. El prelado manifestó que espera que este gozo algún día se replique con los otros compatriotas que están camino a los altares, entre ellos, el Venerable Monseñor Jacinto Vera y el Siervo de Dios Padre Cacho. Además, resaltó la importancia de este acontecimiento en el año que Uruguay se apresta a vivir el quinto Congreso Eucarístico Nacional.

Madre Francisca Rubatto

Nació en Carmagnola, provincia del Piamonte (Italia) el 14 de febrero de 1844. Desde muy joven, siendo aún laica, se dedicó a las obras de caridad, a la enseñanza del catecismo a los niños, a la visita a los enfermos del Cottolengo y en los Oratorios de Don Bosco en Turín.

En 1885 dejó las tareas apostólicas de Turín y, estimulada por el padre Angélico, capuchino, el 23 de enero de ese año fundó en Loano la Congregación de las Hermanas Capuchinas, dedicada a los enfermos y, especialmente, a los niños y jóvenes abandonados.

En 1892, con cuatro hermanas de su congregación, partió hacia América Latina para ofrecer sus servicios en el Uruguay, en la Argentina, y luego en el Nordeste del Brasil.

Con tres hermanas llegó al Uruguay y se instalaron en el barrio montevideano de Belvedere donde crearon un taller de costura, que con el tiempo se transformó en el Colegio San José de la Providencia.

También realizó viajes misioneros a la Argentina y al Brasil donde seis de sus compañeras dieron su vida. Falleció en Montevideo en 1904. Sus restos fueron enterrados en el cementerio de La Teja, según el deseo expresado por ella en su testamento: “Que mi cuerpo sea enterrado en medio de mis queridos pobres”. Luego fueron trasladados a la capilla por ella construida que en el año 2000 se convirtió en el Santuario de la Beata María Francisca Rubatto, ubicado en el barrio Belvedere de Montevideo.

Hoy el santuario es un lugar privilegiado de encuentro, recogimiento y oración.

El papa Juan Pablo II la proclamó Beata en Roma el 10 de octubre de 1993 y la saludó como primera beata del Uruguay.

Actualmente la Congregación tiene presencia en nueve países además de Italia, donde se encuentra la Casa Madre: Argentina, Brasil, Perú, Uruguay, Camerún, Etiopía, Kenia, Malawi y Eritrea.

En Uruguay las Hermanas Capuchinas de la Madre Rubatto acompañan el crecimiento humano y espiritual de niños y jóvenes desde sus colegios: San José de la Providencia, Nuestra Señora de Lourdes, ambos en Montevideo, y el instituto habilitado Hermanas Capuchinas, en Maldonado.

Las hermanas en los lugares donde viven (Montevideo y Maldonado) acompañan la evangelización, realizan visitas a enfermos en sus casas y en los geriátricos; a las familias con sufrimientos propios de la vida humana y en la Casa Alvernia (Montevideo) se ofrece lugar para encuentros y retiros de distintos grupos. En el Santuario desarrollan actividades de pastoral social a través de la cual se promociona y se asiste a personas carenciadas y en situación de calle.

Fuente: AICA

  1. Carmen Urtaran 27 febrero, 2020, 21:18

    Muy buena y clara síntesis de la vida y misión de nuestra querida Madre Fracisca.
    La gente laica ha gozado mucho con este anuncio y espera el gran día de su canonización.

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