
Se trata de familias que viven en comunas donde el agua potable proviene de un sistema de pozos que se están agotando por la falta de lluvias.
El cambio climático está haciendo sentir sus efectos en Chile con una sequía que complica la actividad agropecuaria. Hay problemas para la recuperación de pozos que se están secando en las regiones del extremo norte, como Arica, Parinacota o Coquimbo, pero el fenómeno se reporta también en las sureñas regiones del Maule o del Biobío, donde los registros pluviométricos son normalmente mucho más cuantiosos. Actualmente en Chile hay 39 comunas con decretos de escasez hídrica y dos regiones, Coquimbo y Valparaíso, que cuentan con decreto de emergencia agrícola, pero en ambos casos se analiza ampliar a más distritos, se señala desde el ministerio de Obras Públicas, lo que confirma el impacto del cambio climático en la disponibilidad de agua.
La sequía afecta en conjunto a más de 1 millón 100 mil personas que viven en zonas rurales, donde se abastecen de agua para el consumo en pozos de sus predios o estanques de sistemas de Agua Potable Rural (APR). Los sistemas de APR están compuestos por un pozo profundo y una red de cañerías que distribuye agua hasta arranques domiciliarios. En pleno invierno se está repartiendo agua porque la que tienen no es potable o los pozos no dan abasto.
Según el mapa global de riesgo de agua del Instituto de Recursos Mundiales (WRI), publicado recientemente, Chile ocupa el lugar 18 de los que padecen estrés hídrico. El director nacional del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), Carlos Recondo, en tanto, señaló que “en Coquimbo hay una sequía brutal. Los embalses están con harta agua, pero en el secano, donde viven los crianceros, se ha generado una desnutrición gigante del ganado”, con animales muertos. En varias comunas, la cría de cabras, por ejemplo, registra una importante tasa de mortalidad por la falta de pasto, afectando la producción de quesos. Además, hay otras 400 mil familias en el país que viven “sin acceso a un sistema formal de abastecimiento de agua potable”, según una estimación a partir de datos del último censo, debido a que la baja densidad poblacional y alta dispersión los hacen poco atractivos para empresas sanitarias, lo que hace que se multipliquen los APR.
Se teme que en el próximo verano el problema puede agudizarse. Además, solo el 20 por ciento de las casas abastecidas de APR cuentan con alcantarillado, mientras cerca de 1,4 millones de personas usan pozos negros y se señala que hay localidades donde no hay lugar donde hacer más pozos negros. De 305 proyectos de APR en ejecución, la mayor parte es para ampliar o mejorar la capacidad de uno existente. “El sistema no da abasto para el crecimiento endógeno de algunas zonas”, dice Palacios, un factor que se suma a la falta de agua.