La primera ministra, Jacinta Ardem, llamó a rechazar el racismo. Fue un momento intenso de oración y reflexión.
Este viernes Nueva Zelanda recordó a las víctimas del atentado contra dos mezquitas de Christchurch en un acto en esta ciudad en el que la primera ministra, Jacinda Ardern, llamó a rechazar el racismo.
Miles de personas se congregaron en el parque de enfrente de la mezquita de Al Noor, donde hubo la mayoría de los cincuenta muertos y cincuenta heridos en el asalto supremacista de hace dos semanas. La lectura de los nombres de los cincuenta fallecidos fue el momento álgido del acto de homenaje a las víctimas que incluyó actuaciones musicales, ceremonias maoríes y la invocación musulmana. El famoso cantante y autor británico Cat Stevens, quien se convirtió al islam en la década de 1970, también intervino en el acto con su talento artístico.
La primera ministra Ardem ha demostrado una capacidad de reacción, ante el hecho, civilizada y empática con las familias de las víctimas y con el dolor de sus conciudadanos. Entre las medidas adoptadas, la de no nombrar al atacante, una suerte de sanción moral muy efectiva, que contrasta con las palabras violentas que suelen acompañar estos casos, con el deseo de venganza y de responder a la muerte con la muerte. Se confirma el estilo sui generis de esta política, abierto y honesto.