Con sus principales miembros encarcelados, Fuerza Popular, el partido que lideraban ha dejado de ser la aguja de la balanza política. Algo cambia en Perú.
¿Está por llegar al final la “saga” política de los Fujimori en Perú? Con el ex dictador Alberto Fujimori nuevamente encarcelado, luego de la anulación del indulto que pretendía beneficiarlo sin respetar los requisitos legales, y con la hija Keiko, líder del partido Fuerza Popular entre rejas en espera de juicio por lavado de dinero y financiación irregular de su partido, parece que para esta familia haya comenzado un ocaso político.
Los escándalos estallados desde fines de 2017 en adelante, han provocado que 20 de sus 73 legisladores hayan abandonado el partido, modificando así el esquema legislativo que asignaba a este grupo la mayoría absoluta en el Congreso unicameral, confirmado por 130 diputados. Esa mayoría le permitía determinar la política peruana, prácticamente neutralizando el Poder Ejecutivo. Por otra parte, el escándalo que ha conducido al presidente Martín Vizcarra a impulsar la reforma del Poder Judicial, ha desmantelado una red de protección de jueces corruptos que han apañado el fujimorismo.
El presidente Vizcarra está convencido de que la corrupción es un lastre importante que impide al país avanzar hacia el desarrollo, pese al enorme potencial representado por las riquezas naturales de las que es dotado su territorio. Todos sus ex presidentes, están encarcelados, en espera de juicio o investigados por haber violado la ley y Viscarra podría ser el primer mandatario en no terminar tras las rejas. Sin embargo, el haber enfrentado una de las principales redes de corrupción que ahogaba el país, demuestra que si bien no es fácil superar el problema, no es imposible llevar a cabo la batalla para establecer una cultura de la legalidad.