Se trata del sacerdote ya condenado por la justicia canónica por los casos de abusos sexuales y de poder cometidos en la parroquia de El Bosque, en Santiago de Chile.
Haciendo uso de su potestad, el Papa Francisco “ha reducido al estado laical” al sacerdote Fernando Karadima, en su momento condenado por la justicia vaticana por los abusos sexuales cometidos en perjuicio de jóvenes que pertenecía a la parroquia de El Bosque, en Santiago de Chile, donde lideraba una organización eclesial.
El caso Karadima ha cobrado notoriedad, pues pese a que en 2011 recibió una condena de la justicia canónica, las víctimas de este sacerdote habían sido apartadas y condenadas incluso en el ámbito eclesial, pese a haber padecido graves abusos de tipo sexual pero también de poder.
El tribunal canónico pudo verificar episodios tan graves que incluso rechazó la apelación de la sentencia en primera instancia por parte de la defensa de Karadima. Sucesivamente, el condenado aceptó conducir como parte de la sanción canónica, conducir una vida retirada y de penitencia. El decreto vaticano, sin embargo, ahora lo priva de su derecho a ejercer el sacerdocio. La reducción al estado laical es una sanción grave que exige al sancionado a que no ejerza el sacerdocio que, por tratarse de un sacramento, no puede ser anulado. Motivo por el cual, bajo pena de otras y más graves sanciones, no puede realizar el servicio sacerdotal y queda desligado de cualquier vínculo u obligación, como cualquier otro fiel católico.
En varios ámbitos, había llamado la atención que la sanción de la reducción al estado laical fuera recientemente aplicada en el caso del presbítero Cristián Precht, también condenado por abusos sexuales, pero no se hubiera aplicado en el caso de Fernando Karadima. Los delitos cometidos contra menores por Karadima han prescrito, sin perjuicio que las víctimas presenten una demanda ante la justicia civil.
Que mal me suena, reducido al estado Laical, mándenlo a otro lado por favor. Aunque no deja de alegrarme la noticia, no esperaba menos de Francisco. Gracias a Dios
La reducción de su ministerio sacerdotal es lo que corresponde indudablemente; pero reducirlo al estado laical me parece como relativizar el sacerdocio Real de todo fiel; casi como si este estado fuera de segunda. Por el bautismo somos un Pueble eminentemente sacerdotal, sacerdotes, profetas y reyes al servicio de la Palabra y de todo prójimo; reducir debería ser prohibirle ejercer cualquier actividad pastoral y asumir su calidad de penitente y sujetarse a la disciplina que se le imponga bajo pena de ser alcanzado por medidas más duras. Al menos es mi percepción.