
Saludo con deseos, como los que popularizara Martin Luther King el miércoles 28 de agosto de 1963 durante una inolvidable marcha realizada en Washington, contra la discriminación racial.
En aquella ocasión el pastor bautista, pronunció un discurso donde invitaba a formar parte de un futuro donde negros y blancos convivieran armoniosamente.
Luther King decía:
Tengo un sueño, un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de sus creencias: que todos los hombres tienen los mismos derechos.
Tengo un sueño, un día en las colinas de Georgia, los hijos de los esclavos y los hijos de los antiguos propietarios de aquellos esclavos, serán capaces de sentarse juntos en la misma mesa para compartir el pan.
Tengo un sueño, que mis cuatro hijos vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por su proceder.
Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de defender nuestros derechos y obligaciones, con la firme certeza que un día seremos libres.