Compartimos el testimonio de seres inspiradores, que aprovecharon a fondo el año que estamos transitando y le hallaron cierta vuelta de rosca.
En este caso, compartiremos un breve resumen de ciertas actividades que encaró la versátil y sorprendente Cecilia Mata*, dama dedicada a las letras, por eso es una voraz lectora y profesora, entre tantos otros intereses.
La diligente Cecilia dedicó parte del año al francés, leyendo y descubriendo autores maravillosos. Tradujo exhortos al inglés, material de educación del portugués al español en una carrera contra reloj. Claro que el año seguía transcurriendo, así que siguió dando clases de inglés y francés. En el interín tuvo tiempo de seguir tomando cursos, asistir a charlas relacionadas siempre con el tema traducción y también con la literatura, que incluyeron un seminario de malas palabras, y jornadas de neurolingüística. Compartimos su mirada sobre este año. http://www.traduccionesyalgomas.com/
Todos quieren que este año termine de una buena vez, pero insisto en que es un año para el recuerdo, no para el olvido.
Creo que tenemos que recordarlo como el año de las grandes enseñanzas, el año de quiebre. Qué pasa con mi vida, qué cosas aprendí en este “encierro” del alma, qué cosas recuperé, qué cosas no quiero que pasen más y actuar en consecuencia.
Al comienzo del encierro nos maravillamos con videos de animales que salían de su hábitat natural para ocupar esos espacios que las personas habíamos dejado vacantes. Recuperaron espacios que los seres humanos les habíamos usurpado.
Pocos meses después, los humanos, que ansiábamos volver a algún tipo de ¿normalidad?, volvimos a invadirlos y la naturaleza, una vez más, tuvo que ceder su lugar. Entonces, ¿aprendimos de la naturaleza?
Al comienzo del encierro, las pocas veces que salíamos, nos maravillábamos con la pureza del aire que respirábamos. Claro, los vehículos casi no circulaban, nos acostumbramos también a un silencio raro que inundaba ese aire puro …
Pero un día los vehículos volvieron a circular y todo volvió a ser como antes: un caos de bocinas y un aire lleno de suciedad. Entonces, ¿qué aprendimos?
Al comienzo del encierro todo estaba bien, había más tiempo para compartir entre los miembros de las familias que vivían juntas. Todos colaboraban con todo. Pero los meses pasaron y la incomodidad empezó a sentirse, como antes. Entonces, ¿qué cosas recuperé?
Muchos perdieron su trabajo, y lo que es peor: la vida. Y también en el camino todos perdimos muchos afectos: familia, vecinos, amigos, conocidos, compañeros de trabajo.
No esperemos a perder para aprender.
Despidamos a nuestro maestro, el 2020, como se merece.
Cecilia Mata es traductora pública de inglés, da clases de inglés y francés. Parte de su producción y su pensamiento los vuelca en www.traduccionesyalgomas.com
¡Gracias Cecilia!
¡Gracias a vos, Quique, por compartir mi humilde pensamiento!