Un Sínodo en verdadera sinodalidad

Un Sínodo  en verdadera sinodalidad

Una reflexión sobre el último Sínodo para la región Panamazónica, tema de la edición de Ciudad Nueva de diciembre.

Como bien comenta el teólogo brasileño Agenor Brighenti: “Un evento, por muy exitoso que haya sido, si no tuviera un ‘antes’, difícilmente tendrá un ‘después’. El Sínodo Amazónico, habiendo tenido un largo y participativo proceso de preparación, no defraudó y ahora, tendrá una consecuente implementación de los nuevos caminos propuestos”.

Un profundo trabajo previo

Se puede afirmar que este Sínodo fue preparado sinodalmente, con la amplia participación de los pueblos de la Amazonía. En la fase de escucha participaron directamente 87.000 personas, de 120 pueblos diferentes, en 280 eventos realizados en las iglesias locales de los nueve países de la región.

La fase de escucha tuvo como documento de referencia el Documento de Consulta y la fase de preparación inmediata, el Documento de Trabajo, que recogió las contribuciones reunidas en la escucha. Los participantes de la región amazónica llegaron a Roma sabiendo lo que querían decir y sugerir al Papa, haciendo suyo el grito del pueblo amazónico. 

Una variada e histórica participación

Además de los obispos de todas las diócesis y prelaturas de los nueve países de la región, estuvieron presentes 55 auditores, 12 invitados especiales, 6 delegados fraternos de otras Iglesias, así como 25 expertos en ciencias humanas y teológicas. También participaron en el Sínodo representantes de la Iglesia de Europa y África. Fueron 184 padres sinodales, acompañados por más de un centenar de personas, especialmente indígenas y mujeres, en una armoniosa sinfonía de iglesias y pueblos preocupados por el Evangelio de la vida y el cuidado de la “Casa Común”. En el auditorio de la Sala Pablo VI, en las llamadas Congregaciones Generales, todos escucharon a todos. En los grupos lingüísticos, llamados Círculos Menores, fue posible profundizar las cuestiones planteadas en la sesión plenaria presentando “contribuciones” al primer borrador del documento de conclusión.

Puertas abiertas, entreabiertas y mucha responsabilidad

Con respecto al documento en sí mismo, es importante saber que no cierra ninguna puerta tocada por las iglesias y los pueblos de la región amazónica.

Se elaboró en las distintas instancias del Sínodo. También es cierto que junto a las muchas puertas que se han abierto con este proceso sinodal, otras solo se han dejado por ahora entreabiertas, lo cual supone haber dejado también, como consideran distintos participantes, un peso significativo sobre los hombros del papa Francisco.

Sinodalidad vivida

Un pre-Sínodo vivido en escucha, atendiendo y respondiendo a las necesidades y clamores de las comunidades. Se llega al Sínodo con ideas claras, discernidas y configuradas en comunión sobre las necesidades y propuestas, y esto no deja de ser un proceso privilegiado en el marco de la Iglesia actual. Seguido de un Sínodo celebrado con la múltiple representación de las distintas realidades de la Iglesia, en escucha, en capacidad de comprensión, de asumir las diversidades y de poder sentir con los demás dolores y logros, angustias y posibilidades. Donde el respeto por la palabra y el sentir del otro encontró en la sala el silencio, la atención y el reconocimiento necesario. Donde las distintas voces fueron atendidas, donde las diferencias no herían, sino que se componían coralmente. Un sínodo vivido en comunión e interculturalidad, un sínodo dando micrófono a la voz serena y firme de los representantes de los pueblos originarios, un hito en la vida de la Iglesia, un testimonio de unidad en la diversidad.

Artículo publicado en la edición Nº 615 de la revista Ciudad Nueva.

  1. Juan Andrés Ravignani 21 diciembre, 2019, 21:09

    UN GRITO ESTRIDENTE
    Christina del MCMC 
    Para:Juan Andrés Ravignani
    Hola Juan Andrés,
    Los negociadores de la ONU, provenientes de casi todas las naciones del mundo, se han reunido en Madrid para discutir los próximos pasos en la lucha contra el cambio climático.
    Este es el 25avo año consecutivo de esta reunión, sin embargo el logro más grande que se alcanzó durante este tiempo, el acuerdo climático de París, está bajo amenaza.
    Christina: el diagnóstico se elaboró hace más de cincuenta años; hemos llegado a un punto crítico; lo sigo desde mi adolescencia; seguir esperando de los dirigentes políticos íntimamente ligados a los poderes concentrados es ingenuo; el lugar desde donde y al que hay que apuntar es a los pueblos, a los jóvenes; a las mamas y papas; al ciudadano. Solo los movimientos civiles y de base pueden detener esto. Desarrollar estrategias para oponerse, boicotear consumos, renovar los valores culturales de los pueblos puede surtir efecto. A los poderosos NO LES IMPORTA a nosotros sí.

    Como Iglesia hasta ahora no veo que haya reacciones importantes, no se como expresarlo; hay que anunciar muy fuerte que implica vivir el Evangelio; organizar la base en torno a concretar su práctica que significa organizar por ejemplo jornadas para reflexionar sobre mis propios hábitos; mi economía, mi contribución al bien común o a vivir lo más cómodo posible. Si estoy dispuesto a renunciar a ciertos niveles de confort,y no solo esto sino emplear los recursos economizados para volcarlos comunitariamente en proyectos beneficiosos a la creación incluidos los pobres.

    En los ámbitos religiosos en los que participo, cuando menciono algo de esto, sacerdotes por ejemplo, me miran como diciendo “este bicho de donde salió” o le entrego una carta al obispo transmitiéndole la nula, o casi nula acción pastoral en el cuidado de la creación en la arquidiócesis no obtengo respuesta alguna.

    Falta una fuerte acción pastoral en el sentido de gritar desde los techos y mediante hechos “QUE ES LO QUE DIOS SE ESPERA DE NOSOTROS EN ESTE MOMENTO DE LA HISTORIA”, para esto hay que sentirlo en lo profundo del corazón; es tiempo de profetizar.

    La amazonía queda muy lejos, el problema esta allá en tierras lejanas; yo que tengo que ver con esto; esto me parece que amerita una radicalidad que no percibo.

    LA CREACIÓN ES MI RESPONSABILIDAD, no niego que alguno te palmee la espalda con una palabra agradable “que lindas ideas que tenés” pero allí termina,es desolador.

    No creas que estoy desanimado, para nada, sigo haciendo mi parte delante de Dios y de los hermanos, pero interiormente oigo un grito estridente que pide auxilio.

    Greta, y tantas gretas; los defensores de la tierra que exponen sus vidas en defensa de la creación y sus culturas y pueblos, que están aportando tantísimos esfuerzos y mártires son el bálsamo de nuestra casa común. “Los custodios de la creación” hacen de Latino América el continente de la esperanza”. Hace falta un grito potente “TU INDIFERENCIA ES LA QUE DESTRUYE”. Hoy ser Iglesia ES COMPROMETERSE CON LA CREACIÓN.

    Fraternalmente en Jesús Eucaristía.

    Juan

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