Un monstruo grande que pisa fuerte

Un monstruo grande que pisa fuerte

Tampoco hubo súper final de la Copa Libertadores el domingo, ya que Boca argumentó que no estaba en condiciones de jugar debido a las agresiones del sábado. Este martes habrá reunión de los presidentes en la sede de la Conmebol en Asunción, Paraguay, y se tomará una decisión.

El escándalo continúa. El papelón se agiganta. El correr de las horas, desde la suspensión del pasado sábado, permite que el iceberg asome una punta cada vez más grande en la superficie. De la barbarie inicial, seguida de la solidaridad entre los equipos para no disputar el encuentro ante las presiones de los dirigentes de la Conmebol y de la FIFA, ahora se pasó a la especulaciones permanentes, las difamaciones, el intento de sacar algo de ventaja, de cuidar los propios intereses, y de faltar a la palabra y recurrir a todos los vericuetos legales posibles para no jugar o sí este histórico partido de fútbol que hubiese tenido que ser una fiesta.

No se puede desestimar el riesgo y las consecuencias sufridas por los jugadores de Boca Juniors. Los hechos fueron claros y estuvieron a la vista del mundo. Tampoco se puede desconocer la vinculación que tienen todos los violentos acontecimientos del sábado con el allanamiento del viernes a los líderes de la barra brava de River, donde se secuestraron 10 millones de pesos, 300 entradas y abundante indumentaria del equipo millonario. ¿Cómo estos delincuentes tenían todo eso? ¿Hubo connivencia dirigencial? Las reventas y negocios de las barras bravas se conocen desde hace años, ¿justo el día anterior se descubre esto? ¿15 días antes en la Bombonera, no hubo reventa, sobreocupación del estadio y negocios de la barra de Boca? ¿Quién maneja los operativos de investigación y de seguridad en la Ciudad de Buenos Aires? ¿Cuál es el vínculo político en todo esto?

No se trata de si ayer se perjudicó a uno y hoy a otro. Aquí los damnificados son siempre los mismos, quienes siguen creyendo en la esencia del deporte, del fútbol. En el sano folklore y pasión por los colores. En quienes colmaron la Bombonera el triste día del gas pimienta o en quienes pacíficamente y de manera festiva soportaron la eterna espera del sábado en el Monumental.

Los demás no tienen derecho a victimizarse. En realidad son cómplices y absolutos responsables. ¿Quién puede creer que los mismos hombres que manejan el fútbol argentino y sudamericano están siendo estafados? ¿Quién va a suponer que quien opera desde las sombras en la política nacional va a ser el “pobre” en esta historia?

Ellos son un eslabón importante en la cadena alimenticia del monstruo de las barras bravas. Le dan de comer de un lado y del otro de la jaula. Y cuando alguno no cumple con la ración acordada o le arrebatan lo que le habían prometido, el monstruo se revela. Hacia un lado o hacia el otro. No importan los colores.

Ahora se espera una nueva instancia de reunión, este martes por la mañana en la sede la Conmebol. El daño ya está hecho. Sólo se pelearán por cómo, cuándo y dónde rodará la pelota. Nunca discutirán y se pondrán de acuerdo para descabezar al monstruo. ¿No será que ellos, junto a la dirigencia política y a la policía son las propias extremidades del monstruo? ¿Quién se animaría a amputarse a sí mismo?

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