Toples: ¿obscenidad o derecho?

Toples: ¿obscenidad o derecho?

Algunas consideraciones a partir de un hecho controvertido.

La noticia sobre las tres mujeres que fueron denunciadas y amenazadas por la policía al presentarse en una playa de Necochea con el pecho descubierto, es furor en las redes sociales generando fuertes opiniones a favor y en contra. ¿Se trata de un conflicto de derechos; vale la pena darle tanta relevancia; era necesaria la intervención de la policía? Además, ¿cómo posicionarnos ante este tipo de acontecimientos que pasan de ser un hecho puntual a transformarse en un tema de debate y movilización social?

Más allá de la postura que cada uno pueda tomar, podemos mirar este hecho (y tantos otros que puedan presentarse) como manifestaciones culturales de cambios, que justamente por ser un tanto abruptos o desafiantes, generan resistencias y reacciones que pueden resultar un tanto exageradas ¿o no?.

Sabemos que la costumbre del toples es habitual y legal en varios países de Europa desde hace más de 30 años. Allí, la gente no se sorprende ni escandaliza por ver mujeres con el pecho descubierto. No sucede lo mismo en nuestro país, ni en otros países latinoamericanos, en donde, aunque no está explícitamente prohibido, se encuadra o se interpreta dentro de una ley (del año 1973) que prohíbe acciones “obscenas o que ofenden la decencia pública”.

La cuestión es qué entendemos por obsceno o decencia pública. Y acá entramos en el campo de lo cultural, es decir, en el conjunto de significados que socialmente otorgamos a nuestras acciones, a nuestras palabras y también a nuestro cuerpo.

La desnudez, que podría pensarse como el estado “natural” del ser humano –y de hecho es la forma en la que nacemos–, ha adquirido muchos y variados significados en la historia. Pero es en la cultura occidental principalmente, que se ha ido asociando a la atracción sexual y, de forma negativa, a la pornografía –a lo obsceno– y a todo lo que implica el comercio asociado a la sexualidad, ámbito en el cual el cuerpo de la mujer se convierte en mercancía.

Una forma de protesta

Sin embargo, la desnudez ha sido en tantas ocasiones una forma de protesta y sobre todo una manera de salir de la opresión por parte de grupos dominados. Las mujeres, en los últimos siglos han ido expresando sus luchas a través del descubrimiento paulatino del cuerpo. Luego de la primera guerra mundial, por ejemplo, se acortaron las faldas, lo cual fue escandaloso al principio, porque mostrar las piernas de la mujer era algo obsceno. La minifalda de los años 60 generó el mismo impacto y lo mismo la malla colales, que hoy es algo habitual, pero no lo fue hace unos años.

La sociedad reacciona, y más en esta época “virtual”, donde todo se viraliza y se difunde en pocos segundos. Hay hechos frente a los cuales las reacciones son incuestionables, como las marchas en contra del femicidio. Y otros, como el próximo “tetazo” que a simple vista parecen insignificantes, pero que en realidad nos muestran la complejidad de los tiempos de cambio. Vale la pena no juzgar apresuradamente a nadie, tomarse el tiempo para comprender que el toples no es una meta (más allá de que con el tiempo sea algo normal) sino que es una forma de expresión, una búsqueda de libertad, igualdad, justicia, que adquiere sentido en el aquí y ahora, al menos para algunos/as.

Estamos viviendo una época de profundos cambios con respecto a la posición de la mujer en la sociedad. Y esto se hace sentir de diversas maneras, más provocadoras, más violentas, más llamativas. Podemos estar de acuerdo o no, pero es importante insertar estos hechos en este contexto, para entender que “descubrir el cuerpo” significa salir de ese lugar oculto, de ese sitio “no visto”, en el que vivió la mujer durante tanto tiempo. Mostrarse es, de alguna manera,  afirmar que “existo” y con los mismos derechos que el hombre.

 

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  1. Juan Pablo Mora 4 febrero, 2017, 20:37

    Excelente artículo; sigo la CN Argentina por la calidad de sus artículos y la universalidad que da el editor a los artículos.

    Claramente desde una perspectiva humanista se trata de un derecho.

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  2. horacio bottino 13 febrero, 2017, 22:36

    ¿Como pueden poner el titulo”¿derecho”??¿POR FAVOR,LO NIÑOS ¿NO IMPORTAN?

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    • Estoy de acuerdo con Bottino. Obscenidad, derecho o provocación? Depende del contexto. Afortunadamente somos seres sociales y no meros individuos aislados, está en nuestra naturaleza. Habría que tener más cuidado antes de desechar todo como construcción social, lo social no deja de ser natural de alguna manera.

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      • Y también tenemos habría que ver los orígenes de los cambios que va sufriendo la cultura desde comienzos del siglo XX en adelante. En este período se dio una concentración cada vez mayor de lo que se podría llamar “la industria cultural” en muy pocas manos, que terminan influyendo en mucho de lo que aparece como espontáneo. Eso habría que tenerlo en cuenta en el análisis.

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  3. raquel bessio 4 marzo, 2017, 17:43

    Me pareciço muy bueno el artículo y me sentí ampliamente expresada. Cuando se dio esta discusión mi razonamiento fue quizás más simple: de frente al topples o no topples yo me muevo según lo que tengo incorporado culturalmente y respeto la cultura de quien se mueve de otra manera. Eso sí, quiero tener en cuenta que a la hora de presentarme ante Dios no me preguntará cómo iba vestida (o desvestida) sino cuánto he amado a mis hermanos. Y ante muchos temas de los que se discuten siempre trato de analizar si responden a nuestro “ser en relación” o tienen de base el individualismo.

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