Sabrosa quiche

Sabrosa quiche

Otra nueva y sencilla propuesta para recibir a invitados.

Los sábados por la noche no todos tienen ganas de meterse a cocinar cosas que lleven demasiado tiempo. Y quizás buscamos un plato que podamos consumir viendo todos juntos, en familia, un buen filme. Nos socorren algunas recetas como la quiche.

La quiche es un plato francés, de Lorena, la provincia cercana a Alemania, de dónde posiblemente viene la palabra (kuchen, es decir pastel) que en dialecto lorenés asumió la forma de quiche.

Fundamentalmente, es una masa brisa o quebrada (la misma para las empanadas o las pascualinas) que contiene una mezcla de huevos batidos, crema de leche, tiras de tocino (o jamón) y más recientemente queso.

La masa se precocina al horno cubriendo con un disco de masa una fuente bien untada de mantequilla, mejor si es redonda, a la que se le practican agujeros con un tenedor. Antes de introducirla al horno, se sugiere ponerle arriba un disco de papel manteca con un par de puñados de garbanzos o porotos para que la masa no se levante por el calor. Unos cinco o seis minutos en horno bien caliente serán suficientes (controle que la masa comienza a tostarse).

Mientras tanto habremos batido cuatro huevos grandes, 200 ml de crema de leche y 100 ml de leche (si quiere reducir las calorías puede usar solo leche o diferentes proporciones de leche y crema). Para aumentar la cremosidad y reducir la liquidez, podemos usar 1 o 2 huevos enteros y de los otros sólo la yema. Hagan diferentes experimentos, eligiendo lo que más prefieren.

A la vez, podemos saltear el tocino (200 gr) en una sartén aprovechando de su propia grasa (no será necesario si usa jamón cocido). Preparamos 200 gr de queso rayándolo en láminas o cortándolo en pedacitos. Pueden usar queso gruyere o lo que tengan a mano, preferentemente un queso mantecoso. Mezclemos todo en una fuente, añadiendo sal y pimienta a gusto, y una buena pizca de nuez moscada y coloquemos el compuesto sobre la masa precocida.

Pasemos todo al horno durante unos 20 minutos o media hora, dependiendo del tipo de horno y del calor. Deberá quedar bien consistente y no líquida.

Se darán cuenta que, como en el caso de la pizza, la receta se presta a variantes de todo tipo.

Por ejemplo: saltear dos puerros en un poco de mantequilla y cuando se ablanden agregar dos atados de hojas de espinacas bien picadas. Cuando esté cocida la espinaca y se haya secado lo suficiente su agua, agregar 200 gramos de tocino o de jamón cocido en trocitos. Preparar el batido huevos grandes, leche y/o crema, con sal, pimienta y nuez moscada como arriba, unir la espinaca con el tocino (o el jamón) y los 200 gr de queso (pueden usar de dos tipos diferentes). Coloquen todo sobre la masa y pongan todo al horno.

Otra posibilidad es la de saltear dos dientes de ajo picado con una bandejita de hongos champiñones frescos en un poco de aceite. Agreguen el tocino (o el jamón cocido) y cocinen unos minutos no más, para que los hongos apenas se vayan ablandando. Mezclen con el batido de huevos, crema y/o leche y el queso, que podrá ser también un roquefort (o queso azul).

Otra hortaliza que se presta mucho para este plato son los espárragos, como en la receta con las espinacas. En fin. Todo depende del gusto.

Les agrego un recurso más, que rompe sin duda con la tradición de la quiche. Quien escribe estaba por comenzar a prepararla cuando se dio cuenta de que no tenía en casa masa para pascualina. Uy, ¿qué hacer? Ya había untado la asadera con mantequilla y estaba por decidirme a preparar todo sin la masa, cuando me acordé que tenía tortillas. Así que las coloqué en la asadera cubriendo toda la superficie y los costados. La mantequilla hizo que se adhiriera bien. No fue necesario precocinar la “masa” y resultó bastante bien.

Miren, la cocina es creatividad y atrevimiento. Lo importante es que nunca perdamos de vista que se cocina en función de los que compartirán esa comida. Por tanto, sus gustos, sus preferencias, su forma de comer. Se cocina para otros, no para uno mismo. Y no hay mayor satisfacción que la cara de contentos que ponen los comensales. ¿Verdad?

Ah… una buena cerveza oscura puede acompañar bien este plato.

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