En la década de 1950, en el norte de Italia, un nutrido grupo de personas que adhieren al Movimiento de los Focolares realiza anualmente una convivencia de verano en una localidad de los Alpes dolomitas donde dan vida a una pequeña ciudad que tiene como única ley el amor recíproco.
Con el fin de mantener conectados a sus participantes, apareció el 15 de julio de 1956, el primer número de una revista de tres hojas mimeografiadas. Su título contiene el programa de esa experiencia y también un audaz y profético sueño: Cittá Nuova (Ciudad Nueva). Ciudad, como un espacio simbólico de toda la sociedad humana, y Nueva, renovada por el amor propuesto por el Evangelio y la “regla de oro” presente en las grandes religiones, que es inclusivo, universal, abierto, compasivo, capaz de generar relaciones mutuas y fraternas.
En 1960, los textos Chiara Lubich publicados en la revista -que ya se imprimía en imprenta- fueron reunidos en un pequeño libro con título sin pretensiones: “Meditaciones”. Marcó el comienzo de la actividad editorial.
Poco después, en marzo de 1963 salía el primer número de “Ciudad Nueva” en Argentina, para los países de habla castellana de América Latina.
Después de más de cincuenta años, Ciudad Nueva compone actualmente una red de 36 revistas en todo el mundo, en 20 idiomas, y 18 casas editoriales autónomas, con una identidad local, de acuerdo con la cultura y las exigencias propias de cada pueblo, pero todas con una línea editorial común: la certeza de que todos los hombres y las mujeres son hermanos entre sí y que, a pesar de todas las vicisitudes, la historia de la humanidad camina hacia la composición de una sola familia.