Grooming Argentina nació para proteger y prevenir que niños, niñas y adolescentes puedan ser víctimas de grooming, donde su intimidad puede verse vulnerada a través de las redes sociales.
La reciente detención de un reconocido pediatra del hospital Garrahan, acusado de integrar una red de pornografía infantil, causó un shock en la opinión pública porque mostró que los responsables del delito de abuso están aquí, entre nosotros. Y que las potenciales víctimas, también.
Las redes que difunden fotos y videos de niños con un fin sexual se valen muchas veces del grooming para abastecerse de material. Pero también muchísimos pederastas recurren a esta modalidad de acoso para conseguir imágenes para su propio consumo.
El grooming es un delito relativamente reciente. La ley que lo penaliza fue aprobada en noviembre de 2013, y un mes después ya había sido reglamentada. Es que urgía darle un marco normativo al acoso de menores por internet. Así, nuestro Código Penal castiga con entre seis meses y cuatro años de prisión a quien “por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.
“Se trata de una serie de conductas y acciones deliberadamente emprendidas por un adulto con el objetivo de ganarse la amistad virtual de un niño, creando una conexión emocional con el fin de disminuir las inhibiciones. En algunos casos, a través de internet, puede hacerse pasar por otro niño o niña. Utiliza tácticas como la seducción, provocación y el envío de imágenes de contenido pornográfico, logrando vulnerar la intimidad del chico, y a cambio va obteniendo datos personales y de contacto. Finalmente consigue que el niño se desnude o realice actos de naturaleza sexual. Entonces, se inicia el acoso para obtener cada vez más material pornográfico o tener un encuentro físico con el niño para abusar sexualmente de él”, precisan desde Grooming Argentina.
Esta ONG nació con el fin de concientizar sobre los riesgos del grooming y está integrada por un equipo interdisciplinario que realiza charlas y talleres, difunde en los medios y también brinda asistencia a las víctimas. Ahora, la entidad lanzó la aplicación GAPP, que permite denunciar en tiempo real y durante las 24 horas un caso de grooming, tanto por parte del niño que es víctima como por parte de un adulto que sepa de un caso de grooming. La iniciativa tiene como eje central incentivar las denuncias a través de dos botones con distintas funcionalidades. Por un lado el principal, que una vez presionado remite a la víctima del delito al WhatsApp oficial de la ONG, donde interviene el cuerpo de operadores especializados en la materia para contenerla y ejecutar el protocolo de actuación a los fines de resguardar la prueba digital y poder judicializar el caso. El botón secundario, en tanto, le permite a la víctima del delito denunciarlo de forma totalmente anónima mediante un formulario.
“Se están dando condenas por casos de grooming, pero la mayoría de los casos que vemos son sentencias condenatorias por ejecución condicional. En las capacitaciones a los operadores judiciales les mostramos que siempre que hay una conversación se da un concurso de delito, en función de lo que estamos viendo”, explica Hernán Navarro, presidente de la ONG.
Y remarca que el solo hecho de que un adulto envíe contenido sexual a un niño ya configura un delito de grooming. “No hace falta la reciprocidad del contacto”, afirma, y destaca un fallo reciente en la provincia de Santa Fe donde imputaron a una docente que había enviado un video sexual a un alumno.
Pero en otros casos, los jueces siguen sin tener la perspectiva de la víctima. Y cita un fallo de la Cámara de Apelaciones de Lomas de Zamora donde los jueces entendieron que las víctimas (menores de edad) habían prestado consentimiento y dejaron procesado a un acusado solo por facilitación de promoción de la corrupción y no por explotación sexual.
Navarro vuelve al caso del pediatra. Pero no puntualmente al médico, sino al tratamiento que el tema tuvo en los medios de comunicación. “Me preocupa mucho. Hay un desconocimiento muy grande de lo que tiene que ver con la pornografía infantil y una gran irresponsabilidad. Se arrojaron muchísimos datos e información que puede ser utilizada por aquellos que cometen el delito. Sí, está buenísimo mostrar cómo es el perfil de una red de pornografía, pero nos tenemos que centrar en las víctimas, en generar planes de contingencia, de restitución de derechos, en pedirles a los legisladores que elaboren leyes que contemplen todo esto”, reclama.
Y trae otro punto, que puede parecer trivial pero, por el contrario, tiene una gran profundidad. Navarro pide que no se hable de pornografía infantil, sino de abuso. “En la pornografía hay actores. Acá hay niños siendo abusados”, sentencia.
La mayoría de estas denuncias se inician a partir de los alertas que llegan desde Estados Unidos a través del Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados (NCMEC, por sus siglas en inglés), una ONG que tiene convenios con las fuerzas de seguridad en ese país y también con las principales empresas de internet, como Google y Facebook. Cada país lleva adelante sus propias investigaciones a partir de estas alertas, y así fue como se llegó a la detención del pediatra del Garrahan. Según los reportes de la NCMEC, Argentina está entre los 10 países con mayor tráfico de material de abuso infantil en el mundo. “Es un delito que está creciendo muchísimo por la rapidez con la que se reproduce por internet. Es solo equiparado con el narcotráfico”, compara.
Para Navarro, es preocupante cómo estas redes van cambiando sus modus operandi de manera vertiginosa, generando nuevas conductas y perfeccionando sus modalidades. En este sentido, advierte por los peligros del sexting y señala que se están viendo ya conductas preocupantes relacionadas con esta práctica que los chicos y adolescentes realizan cada vez más. “Cuando comparten una imagen se está vulnerando el derecho a la privacidad. Hablo del concepto de ex timidad, la ausencia por completo de la intimidad. Los chicos envían contenido sexual y eso termina siendo usado por el negocio de la pornografía infantil”, señala.
Más datos: www.groomingargentina.org
Artículo publicado en la edición Nº 610 de la revista Ciudad Nueva.