¿Qué hay detrás de las pruebas PISA?

¿Qué hay detrás de las pruebas PISA?

Días atrás tomó estado público un nuevo episodio presuntamente ligado a la “pesada herencia”, esta vez vinculado al tema de la calidad del sistema educativo en Argentina.

Efectivamente, por boca del actual titular de la cartera educativa nacional se informó en una conferencia de prensa que Argentina fue “descalificada” de la prueba PISA por errores técnicos graves cometidos por el Gobierno anterior.
Así lo afirmó Esteban Bullrich durante la rueda de prensa transmitida por Presidencia. Las pruebas que cada tres años organiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) no pudieron realizarse en el país sudamericano por “incompetencia” del Ejecutivo de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), informó el ministro. “Había que enviar población de 13.280 escuelas y de esa población faltaron 3.096”, lo que llevó a que la muestra no fuera “comparable” con otros países, explicó Bullrich.

Para entender de qué se trata, resulta útil saber que “PISA” es el “Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos”  (PISA, por su sigla en inglés: Programme for International Student Assessment) de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico).

Concretamente la prueba PISA 2015 fue realizada entre 540.000 estudiantes de 15 años en 72 países de todo el mundo.

Según sus promotores, esta iniciativa pretende evaluar los conocimientos y las competencias en lectura, matemáticas y ciencias, además de la actitud y la disposición de los estudiantes hacia el aprendizaje.

Volviendo al tema, en realidad, la anunciada “descalificación” de la Argentina consiste en que los responsables de las prueba en cuestión observaron que en esta ocasión la muestra en la Argentina tuvo menos escuelas y por lo tanto menos estudiantes con respecto a la anterior.  Esta circunstancia no provocó ninguna “descalificación” ni la anulación de los resultados obtenidos.

Sí, que se incluyeran en un cuadro aparte del general. Sin embargo, la misma OCDE reconoce la validez de esos datos, (por algo los incluye en sus cuadros del anexo). Sólo que lo hace con una observación indicando la menor cantidad de alumnos y reconociendo que los motivos son la propia reestructuración del nivel secundario.

En conversación con una de las principales responsables de determinar los  participantes de las pruebas en cuestión, en 2015, se pudo confirmar que efectivamente esa disminución en las escuelas y alumnos involucrados fue real pero que esta circunstancia se conversó  directamente, con anterioridad, con el director de la prueba PISA, Andreas Schleicher, representante de OCDE, en Argentina. En esas conversaciones, se acordó que pese a esta limitación, resultado de procesos de trasformación de la escuela secundaria actualmente en curso en el país, las pruebas se llevarían cabo.

Esto explica por qué el ministro, pese a la dura crítica ensayada a la gestión anterior, no tuvo más remedio que aclarar que…”no hubo específica voluntad de alterar los resultados en el listado de la prueba PISA 2015, y las escuelas que no fueron incluidas en la muestra no es que fueran seleccionadas a propósito”…

Vale la pena comentar, que esta “aclaración” fue el resultado de una operación pergeñada por enviados del propio ministerio, por la que se accedió a las cajas de las evaluaciones, (caso único hasta ahora, según se conoce) en busca de posibles pruebas que demostraran tergiversaciones o cambios en los resultados. Nada de eso se pudo encontrar.

Quizás haya influido en esta preocupación por cuestionar la validez de las pruebas de los actuales funcionarios, el dato de que los resultados obtenidos indicaban una interesante mejoría con respecto a los logrados en la prueba anterior. Finalmente, se consideró que “Técnicamente” el error es grave, según afirmó el ministro Bullrich durante la citada rueda de prensa.

Un detalle interesante es que a pesar de las “observaciones” a la validez de los datos obtenidos, como base de referencia para comparar los resultados con años anteriores, debido precisamente a la variación del número de escuelas y jóvenes evaluados, la ciudad de Buenos Aires, no obstante, sí fue incluida dentro del listado de ciudades de países que formaron parte de la evaluación, ocupando el lugar número 38, por encima del resto de los países de América Latina. El actual ministro era el responsable de la cartera educativa de la Ciudad…

Por otra parte, según nota a Adriana Puigros, (1) sobre este mismo tema, “hace unas semanas se dieron a conocer los resultados del TIMSS (2), otra prueba internacional que utiliza una lógica y metodología semejante al PISA de la OCDE. El objeto de análisis fue la educación en la ciudad de Buenos Aires y la prensa oficial no pudo ocultar los resultados negativos. Empero, la prueba PISA muestra una mejora significativa de la educación (o sea del trabajo que hacen docentes y alumnos) en la misma jurisdicción. ¿A quién creerle?”.

Es importante también señalar que las pruebas PISA han sido y son todavía fuertemente cuestionadas como instrumento válido para determinar la “calidad educativa” de los distintos países. No es objeto de esta nota profundizar en detalles los argumentos que fundamentan esta opinión. Quizás la mención de que esta evaluación está liderada por una empresa privada vinculada a un organismo económico internacional (OCDE) sugiera alguna pista sobre los criterios que hacen a su validez, así como algunas denuncias comprobadas como verdaderas, respecto al uso de los datos obtenidos en estas evaluaciones. (3)

De todas maneras, la globalización imperante impone ciertas prácticas de las que los países no pueden marginarse, sin pagar costos políticos y económicos respecto a organismos de financiamiento que incluyen entre sus condiciones realizar y tomar en cuenta los resultados de estas “pruebas”.

En todo caso, será responsabilidad de los funcionarios de los gobiernos evaluar las implicancias que los resultados obtenidos deban tener en la definición de las políticas educativas nacionales, habida cuenta de las particularidades de cada región, y en el caso especifico de la República Argentina, los procesos en curso y la cuota de fragmentación del sistema educativo, todavía vigente pese a la vigencia de la ley de Educación Nacional ( L. 26.206, diciembre 2006) y las resoluciones del Consejo Federal de Educación.

Por último, este comentario resultaría incompleto si no se mencionaran las vinculaciones “económicas” de algunos actuales funcionarios con la empresa Pearson, dueña de los derechos de las pruebas PISA y responsable de la construcción y aplicación de estas pruebas, a nivel mundial. También posee derechos exclusivos para la creación de la plataforma digital que los procesa y analiza, los corrige y procesa. Esto le permite una importante influencia en las decisiones de política educativa a nivel mundial.

Gabriel Sánchez Zinny, funcionario de Educación y socio del ministro Bullrich, fue en su momento contratado como representante para toda América por la empresa en cuestión y es uno de los “responsables” que este sistema se haya expandido en el continente. Al terminar su vínculo “formal” con la empresa, ya como funcionario, desde su cargo actual en el ministerio, siguió apoyando a Pearson y los exámenes PISA con artículos, congresos y ponencias.

Esta trama de intereses económicos y políticos (4) no parecen ser la mejor manera de afrontar el desafío que implica adecuar no solo el sistema educativo argentino sino el de toda la región, a los cambios y nuevas necesidades que hoy se viven en el ámbito educativo, clave para un desarrollo sustentable, con inclusión y calidad.

Es importante que quede claro (como se ha afirmado en notas anteriores sobre el tema de la evaluación y la calidad educativa), la importancia, la urgencia y la  necesidad de conocer el estado de nuestra educación, sus dificultades, sus carencias y sus logros.

La reconocida pedagoga citada más arriba, así lo afirmaba en el mismo artículo: “los argentinos necesitamos conocer la marcha de nuestra educación desde criterios elaborados desde un orden de ideas democráticas. Tenemos profesionales del mejor nivel y con amplia experiencia en evaluaciones cuanti y cualitativas y docentes dispuestos a participar activamente. Proseguir la serie comenzada por el Operativo Nacional de Evaluación del MCyE hace varios años sería una primera medida para sanear esta situación.”

Notas:

1) En Pagina 12 del 06/12/2016

2) TIMMS (“Tendencias en el Estudio Internacional de Matemáticas y Ciencias”). Esta evaluación es desarrollada por la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA).
TIMSS es un estudio de carácter curricular, de los conocimientos de matemática y ciencia de los estudiantes de cuarto y octavo grado. Los objetivos de la prueba y los temas que cubre se explicitan en marcos de referencia que están en concordancia con la mayor parte de los currículos vigentes en los países participantes.

3) En 2011 la editorial Pearson firmó un contrato por 32 millones de dólares para realizar los exámenes oficiales de las escuelas públicas de Nueva York los siguientes 5 años, pero el fiscal de Nueva York terminó investigando a Pearson por la relación entre los estudios publicados por fundaciones cercanas a la editorial y los intereses de la compañía. Pearson utilizaba la información obtenida en los exámenes para ganar dinero generando contenidos, por lo que perdió el juicio y pagó una multa de 7,5 millones de dólares.

4) Gabriel Sánchez Zinny fue nombrado por E. Bullrich como Director del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET) el 8 de enero de este año. Diez años atrás (septiembre de 2006) el mismo Sánchez Zinny creó “Formar Foundation Inc.” con el Ministro Esteban Bullrich y con Diego Hernán Fernández, quien hoy es Secretario de Integración Social y Urbana y tiene a su cargo la urbanización de las villas 31 y 31 bis, ubicadas en las tierras más caras de la CABA; Fernández además es dueño de la cadena Sushi Bar Restó y ex marido de Mercedes Miguel, ex Directora General de Planeamiento Educativo de CABA y hoy funcionaria nacional en la Secretaría de Innovación y Calidad Educativa: obtuvo una efímera fama porque planifica y ejecuta políticas educativas a pesar de no contar con título de grado (aclaró haber hecho “muchos cursos”).

 

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  1. Gracias José María por tu claridad y objetividad. Muy buena nota.

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