Los obispos chilenos ponen a disposición del Papa su cargo pastoral

Los obispos chilenos ponen a disposición del Papa su cargo pastoral

Acontece luego de tres días de reuniones con Bergoglio, quien ha señalado la necesidad de remover algunos pastores y de ir a la raíz de un problema grave.

En un hecho inédito para la Iglesia católica, todos los obispos chilenos presentaron su renuncia a sus cargos pastorales poniéndose a disposición de lo que establezca el papa Francisco. Lo informó el secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile, Fernando Ramos, al anunciar las conclusiones tras tres días de reuniones con el Papa Jorge Bergoglio en el Vaticano. “Todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros”, afirmó.

Estrictamente, no se puede hablar de una novedad al respecto, puesto que todo cargo pastoral está en las manos del Papa, quien puede en cualquier momento remover una persona. Sin embargo, no deja de ser novedoso que toda una conferencia episcopal manifieste explícitamente su disponibilidad ante lo que quiera establecer el Papa en una situación manifiestamente grave y delicada.

La declaración de los obispos se verifica al finalizar las reuniones convocadas por el Papa para adoptar medidas en conjunto luego de que el cardenal Charles Scicluna detallara graves irregularidades en el manejo de los casos de abusos sexuales y conductas incompatibles con la condición sacerdotal en la Iglesia chilena y como las autoridades eclesiásticas ayudaron a encubrir conductas delictivas.

“Queremos pedir perdón por el dolor causado a las víctimas, al papa, al pueblo de Dios y al país por los graves errores y omisiones”, indicó Ramos al leer el comunicado de los obispos. “Gracias a las víctimas por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial. Una vez más imploramos su perdón y su ayuda para seguir avanzando en el camino de una curación y cicatrización de las heridas”, se lee en el texto. En el mismo también se afirma: “Queremos restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado”.

Mientras tanto, se filtró a la prensa un severo documento del Papa dirigido a los obispos chilenos, en el que confirma que será necesario remover a varios pastores de sus cargos aunque eso no será suficiente. “Confesar el pecado es necesario, buscar remediarlo es urgente, conocer las raíces del mismo es sabiduría para el presente-futuro. Sería grave omisión de nuestra parte no ahondar en las raíces. Es más, creer que sólo la remoción de las personas, sin más, generaría la salud del cuerpo es una gran falacia. No hay duda que ayudaría y es necesario hacerlo, pero repito, no alcanza”. “Sería irresponsable de nuestra parte no ahondar en buscar las raíces y las estructuras que permitieron que estos acontecimientos concretos se sucedieran y perpetuasen”. Al respecto, el Papa criticó la actitud de algunos obispos que se limitaron a remover personas sin ahondar en el problema. Y habla de actitudes de “salvar el pellejo”.

Bergoglio señala que, en lugar de ser afrontado con medidas adecuadas, el problema de los abusos hizo que la Iglesia chilena perdiera su “inspiración profética” y se ensimismara en el problema transformándolo en su centro.

Por otra parte, hubo un mal manejo imprudente de casos de graves delitos, abusos y conductas inapropiadas de sacerdotes – echados por conductas inmorales de sus congregaciones – que fueron recibidos en otras diócesis, se les confiaron cargos pastorales en contacto con menores, incluso en seminarios, y pese a que se conociera su conducta homosexual. Por otro lado, hubo casos en los que las denuncias fueron minimizadas y calificadas como inverosímiles, pese a la existencia de graves indicios. También lamenta presiones sobre quienes realizaban las investigaciones y confirma la desaparición de documentación comprometedora para los investigados.

Se esperan las decisiones del Papa respecto de esta situación, que afrontarán la situación en el corto, mediano y largo plazo.

  1. Es absolutamente necesario poner a la luz de la Palabra de Dios, en profunda oración el discernimiento de las profundas raíces de perversión que sostienen estructuras que ENFERMAN las instituciones de la Iglesia. La raíz está anclada en la ansias de poder que no son compatibles con los mandatos evangélicos. El gesto de Jesús del lavado de los pies a sus discípulos “se levantó de la mesa, dejó los vestidos, y, tomando un lienzo, se lo ciño. Luego echo agua en un barreño, y comenzó a lavar los pies de sus discípulos y ha enjugárselos con el lienzo que se había ceñido………………….. Después de lavarles los pies, tomó sus vestidos, se puso a la mesa y les dijo: “¿Entendeís lo que he hecho? Vosotros me llamáis el Maestro y el Señor, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo el Señor y el Maestro, os lave los pies, también vosotros vosotros os los debéis lavar los unos a los otros. Yo os he dado el ejemplo, para que hagáis vosotros como yo hice. Jn 13 (4-5; 12-15) Aquí podemos encontrar el mandato que cure la enfermedad. Existen muchas citas posibles para mirar como debe ser la Iglesia en su estructuración, “Jesús corrige la ambición de los Apóstoles” Lc 22 (24-27) y “Quien quiera ser el primero que se haga servidor de todos” Mc 10 (35-45) y podrían hacerse tantísimas citas.
    Es imprescindible no confundir responsabilidades con poderes, prudencia con hermetismo; ni perder de vista la vida austera y el desapego absoluto como camino, además de estar inmersos en las realidades vitales del pueblo sencillo, porque en ellos reside nuestra comprensión de la sencillez y es oxigeno vital para crecer en gracia y alegría.
    Dentro de la estructura de la Iglesia no deberían haber títulos no honore que atentan contra la humildad, solo ministerios enraizados en la misión. Todos los muros que generan entornos obsecuentes dinamizan la corrupción.
    Una experiencia personal fue conocer a Don Jaime de Nevares, al que apode, después de su partida al Paraíso “PADRE GRANDE”; SIMPLEMENTE PORQUE CUANDO TENÍA UN ENCUENTRO CON EL ME SENTÍA REBOZANTE” PORQUE AGIGANTABA EN MI LO MÁS NOBLE Y BELLO MIENTRAS EL SE HACIA DISCRETAMENTE PEQUEÑO HASTA DESAPARECER.
    Necesitamos anhelar una Iglesia profunda y radicalmente ministerial, en que la jerarquía sea un servicio, sencillo, discreto y amable. Necesitamos mucho aire, oxigeno, sencillez, proximidad y simpleza de corazón.

    Reply

Deja un comentario

No publicaremos tu direcci贸n de correo.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.