Es la primera región del mundo que lo consigue.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha recibido ayer en Washington la certificación que declara al continente de las Américas como la primera región en el mundo libre de sarampión.
El sarampión es una enfermedad viral muy contagiosa que afecta sobre todo a los niños y que puede causar graves problemas de salud como neumonía, ceguera o encefalitis. El último caso de sarampión endémico en las Américas fue reportado en julio de 2015 en Brasil y antes, en 2002, en Venezuela hubo un último brote endémico.
El resultado es fruto del esfuerzo comenzado hace más de 20 años que ha permitido eliminar la transmisión endémica de la enfermedad. Carissa Etienne, directora de la OPS, considera que se trata de un “día histórico para la región y para el mundo” aunque también invita a no dormirse en los laureles, pues “el sarampión sigue circulando ampliamente en otras partes del mundo, por lo que debemos estar preparados para responder a los casos importados”.
Para la dirigente de la OPS será necesario mantener la cobertura de vacunación y reportar de inmediato la aparición de cualquier caso sospechoso de sarampión. Si bien hubo más de 5 mil casos de sarampión en la región, se trató de casos importados y no por contagio local.
Los expertos destacan la voluntad política de encarar este aspecto de la salud, la necesaria financiación de las decididas campañas de vacunación que han consentido este logro. Se estima, además, que con la amplia extensión de las vacunas, hasta 2020 se habrán logrado prevenir 3,2 millones de casos de sarampión y hasta 16.000 muertes por esta causa en toda la región.
Antes de que en los 80 se pusieran en marcha los planes de vacunación masiva, el sarampión causaba unos 2,6 millones de muertes al año en todo el mundo. En la década del 70, en las Américas provocó más de 100 fallecimientos.
Antes de esta enfermedad, la región americana también había logrado erradicar la viruela, la poliomelitis y, hace diez años, la rubeola y el síndrome de rubeola congénita.
