La fecha se impone

La fecha se impone

Día del Locutor.

Cada 3 de julio uno se (re)pregunta qué significa el laburo de locutor en la vida de cada uno de nosotros.

E inexorablemente las respuestas van variando. Todos cambiamos, y el significado de la comunicación cobra mayor importancia. Porque a través de la locución, uno puede amén de llevar leñitos al suo focolare, brindar chispas, para que otros mecheros amplíen su luminosidad.

Una definición in pectoris e sui generis de un laburo que apasiona. Digo, porque amén de estar frente al micrófono, este último año tengo la preciosa posibilidad de compartir la magia comunicacional junto a alumnos de Playa Unión y Gaiman. Y creedme que me llevo unas sorpresas tan increíbles, que me invitan a mejorar en mi (escaso) conocimiento musical y acerca de la locución.

El viernes 1° tuvimos un evento magnífico: llevamos el programa matutino de FM Municipal de Rawson, a nuestra querida 90.3, la Radio CAJ. Hicimos una transmisión en dúplex a lo largo de toda la mañana, donde los locutores Esteban Saavedra y Evelyn Toro conversaron con gran parte de nuestra gente. Y ellos mismos se sorprendieron de los programas que habitan nuestra radio, fruto del laburo de los chicos.

Por la tarde, hice mi sesión de RadioTaller en Gaiman, junto a jóvenes de aquella localidad valletana, y nos divertimos juntos, comunicando y entrevistando a Diana Owen, por el día del locutor, y a Pepe Urra, como profe de matemática.

Recuerdo que allá por 1976, justo cuando arrancaba una nueva etapa de mi vida, me mudé a una pieza en la azotea. Allí tuve como compañero inseparable, un radiograbador, con AM y FM. Allí la puerta de mi pequeño marote se abrió a una dimensión imaginaria. La mejor descripción, es la del dúo Vivencia con “En mi cuarto” y “Curiosa noche”. Crecí de la mano de FMR y de Radio del Plata, dando vuelta por algunas otras. Desde aquel entonces, aprendí a reconocer voces. Iba a la bicicletería de la calle Soler, y detectaba otra radio Rivadavia, la de AM con “Rapidísimo”, y así matizaba la espera del arreglo.

Luego vendrían emisiones inolvidables, como “El Tren Fantasma”, “Imaginate Flecha Juventud”, “OvniBus”, “Horizonte Cero” y tantas otras. En todas ellas, la música era la protagonista absoluta, matizada por atractivos comentarios, que nos ayudaban a conocer algo de los intérpretes y autores.

No me di cuenta, pero la radio había impreso carácter en mi ser. Me hice el sota, pero cuando nos trasladamos a la Patagonia, los astros se alinearon, y me acerqué a la delegación local del ISER.

Fueron unos años de estudio, pero la formación más formidable fue la que recibí en aquellos años de colegio secundario, donde sin saberlo, infinidad de locutores, me fueron pasando un montón de leñitos que fui apilando para un fuego que espero sea perenne. Y lo más importante, deseo que amén de alumbrar il nostro focolare, pueda aplicar la propiedad transitiva a varios de mis radioescuchas y/o radiotalleristas.

Gracias por el fuego: ¡feliz día locutabile!

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