Esa humanidad que vive en el silencio

Esa humanidad que vive en el silencio

La situación de Brasil y el rol de los movimientos sociales en Latinoamérica.

En los medios que están cubriendo la actualidad brasileña y la detención del ex presidente Lula se nombra la presencia del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) como uno de los actores principales que están promoviendo los cortes de ruta para repudiar una resolución judicial que los diarios estadounidenses The Guardian y The New York Times consideran carente de rigor jurídico.

Es más conocido públicamente el PT que el MST y, sin embargo, este último está jugando un papel activo en defensa de la democracia.

¿Qué lugar ocupan los Movimientos Sociales en varios países de Latinoamérica?

Poco mediáticos, de construcción diaria tipo hormiga, los movimientos sociales en Latinoamérica han jugado un rol fundamental en los últimos años en defensa de la democracia. Tildados por la prensa hegemónica como “grupos antisistema”, con su lucha muchas veces garantizan que se cumplan las promesas de la democracia, democracia que en nuestro continente no se logra muchas veces por la histórica dependencia con las potencias mundiales. Muchos autores han hablado de una  ciudadanía de baja intensidad en nuestro continente.

En Honduras, la Coordinadora de Pueblos Indígenas hace años viene resistiendo la construcción de represas eléctricas que una vez llevadas a cabo inundarían muchos territorios donde están asentadas familias que hace décadas se dedican a la agricultura, expulsándolas hacia una vida en la marginalidad en la ciudad. El asesinato de su máxima referente Berta Cáceres en 2002 fue una llamada de atención hacia toda la comunidad internacional sobre la importancia de que en el país hermano se restituya el estado de derecho, el cual fue puesto en jaque con la destitución del presidente Zelaya por un golpe institucional en 2009.

En México, el movimiento campesino zapatista ha comenzado a ser un polo de atracción de participación política como para visibilizar en dicho país y hacia al mundo la violencia ejercida por el narcotráfico. La desaparición de los 43 estudiantes en Ayotzinapa alertó y congregó a una buena parte del pueblo mejicano como para plantarse y decir basta. El zapatismo como movimiento social que se venía absteniendo de la participación electoral, frente a esta coyuntura decide proponer una candidata a presidente mujer, campesina y perteneciente a los pueblos originarios. Más allá de la posibilidad de acceder al gobierno, la construcción de la plataforma electoral y de un programa plantea un debate urgente en la sociedad mejicana. Al mismo tiempo a nivel internacional y en consonancia con el 8M, las mujeres zapatistas convocaron a un encuentro internacional de mujeres den México donde han confluido mujeres con diferentes trayectorias y proyectos de todo tipo que se han enriquecido con el intercambio y que al mismo tiempo se animan a seguir prefigurando prácticas sociales alternativas donde el machismo este erradicado.

En el actual y convulsionado Brasil, que transita horas de incertidumbre política, el MST, en su proyecto social y cultural, ha logrado evitar que miles y miles de familias campesinas acabaran viviendo en favelas, recuperando para la agricultura terrenos considerados improductivos (los cuales en muchos casos implican no menos de 10 años de trabajo de remover piedras de las primeras capas del suelo hasta lograr una superficie de tierra fértil). En los últimos años se han creado instituciones educativas en los territorios campesinos del MST para erradicar el analfabetismo.

Frente a la amenaza de un cierto sector de las fuerzas armadas de dar un golpe de estado, sector aliado a las grandes familias de terratenientes contrarias a reformas que distribuyan la tierra, es lógico que desde el MST se comprenda la importancia de participar activamente en defensa de la democracia. En los más de veinte años que tiene de historia el movimiento se han asesinado a campesinos/as y a religiosos/as (como fue el supuesto “accidente” que acabó con la vida de Irma Jandira -Hermana Jandira-).

Hoy las fuerzas de seguridad tienen demasiado poder, y el mayor temor de la sociedad civil que no las apoya es que haya un recrudecimiento de la represión. El MST al igual que otros movimientos sociales sigue siendo un faro en la construcción de sociedades más igualitarias.

  1. América Latina es el continente de la ESPERANZA; y vaya si lo es. La esperanza no reside en los poderosos porque los faraones no se convierten; ni en concesiones graciosas de sectores acomodados o dirigencias políticas tradicionales. Los grandes actores de América Latina son los movimientos sociales, los humildes de estas tierras. La profecía esta en pie; seguramente habrá martirios, ya los hay. Lo que ocurre en Brasil es la última demostración de los poderosos para someter a los menos afortunados o los desafortunados y la movilización de los Sin Tierra es la manifestación cabal de la vocación de resistencia y dignidad de los postergados de siempre.

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