Es un organismo integrado por 37 mujeres, parte del Pontificio Consejo de la Cultura. Entre sus miembros hay docentes, empresarias, artistas, periodistas, religiosas y una teóloga musulmana.
En víspera del Día Internacional de la Mujer, el Pontificio Consejo de la Cultura, presentó en el Vaticano la “Consulta Femenina”, un organismo permanente surgido a partir del encuentro realizado en 2014 por el dicasterio sobre “Culturas femeninas: entre igualdad y diferencia”.
El año sucesivo, el titular del Pontificio Consejo de la Cultura, el cardenal Gianfranco Ravasi, decidió instituir un comité que recogiera sus inteligencias, experiencias y culturas provenientes del mundo femenino.
La Consulta Femenina está conformada por 37 mujeres, cuya coordinadora será Consuelo Corradi, vicerrectora para la investigación y las relaciones internacionales de la Universidad Lumsa de Roma. Las integrantes representan diversos ámbitos, por su edad, profesión y religión. Entre ellas hay docentes universitarias, empresarias, activistas políticos, artistas, periodistas, religiosas, provenientes de diferentes países y también de otras religiones, como en el caso de la teóloga islámica iraní Shahrazad Houshmand.
Respondiendo a preguntas de Radio Vaticana, varios miembros del organismo destacaron la naciente experiencia. Para el titular del dicasterio, el cardenal Ravasi, la Consulta Femenina completa “la imagen de Dios” en el Pontificio Consejo de la Cultura donde no había ninguna presencia femenina a nivel directivo. La mujeres, de este modo “ingresan dentro “de los mecanismos de nuestra política cultural”, señaló el purpurado.
Por su parte, la teóloga musulmana Shahrazad Housmand dijo que la integración del organismo afirma que “las diversidades pueden ser fuentes de riqueza y, vividas en modo armónico, solo pueden traer un bien”.
Para la coordinadora del grupo, Consuelo Corradi, “las mujeres son diferentes de los hombres… saben mezclar la ternura y la fuerza. Quisiéramos ser un testimonio para los hombres que podemos conmovernos, que se puede sufrir y alegrarse con los demás sin perder la propia fuerza”.
Por su parte, la docente de ciencias políticas Daniela Ropelato, miembro del Movimiento Políticos por la Unidad, destacó el aporte que puede provenir desde los jóvenes, con los cuales trabaja en su tarea educativa y entre los cuales “trato de ser expresión de este estímulo, de este nuevo impulso que nace dentro de la Iglesia y que quiere dar un espacio cada vez más maduro a la reciprocidad, que es acaso el único camino para una verdadera solución también de las graves heridas que produce la desigualdad”.
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