El difícil momento de la economía argentina

El difícil momento de la economía argentina

Un análisis minucioso de las políticas económicas del Gobierno que se trasladan en cierta incertidumbre sobre el futuro.

Podríamos decir sin riesgo a equivocarnos que el programa económico que implementó el presidente Mauricio Macri desde el inicio de su gestión está muerto. Los supuestos sobre los que se basaba no se han cumplido. El Gobierno desregularizó el mercado cambiario, eliminó el cepo, pero no resolvió el problema de la escasez genuina de dólares. En realidad, esa falta de la divisa norteamericana se cubrió básicamente con endeudamiento externo a la espera de que llegaran las inversiones directas extranjeras, algo que no ha sucedido. Tomó medidas desregulatorias en el mercado cambiario como la no obligación de los exportadores agropecuarios de ingresar las divisas en el mercado local, lo que agrava el problema de la falta de oferta de dólares

Luego de una calma transitoria del año pasado, que fue un año también de alta inflación, el mercado cambiario dio un cimbronazo. Básicamente porque hubo una huida de inversores institucionales o fondos de inversión que estaban en la bicicleta financiera, que habían invertido en Lebacs con altos rendimientos por las altas tasas de interés. Estos fondos directamente se fueron, creando la corrida cambiaria. Se fueron pasando de a poco al dólar y fugándose: desde mediados de febrero el Banco Central viene perdiendo sistemáticamente reservas. Los últimos fueron, la Banca Morgan y otros inversores institucionales que decidieron retirarse de la Argentina.

Esas noticias que llegaron a la prensa internacional especializada en temas económicos generaron la alarma de los ahorristas internos. La Argentina quedo así en una situación híper vulnerable, prácticamente se ha quedado sin acceso al crédito internacional a futuro, con un agravante: el déficit fiscal es mayor que años anteriores (por el bajo crecimiento y la pérdida de ingresos que el gobierno eliminó –retenciones al campo y minería–), sumado al record de déficit de la balanza comercial por la apertura de las importaciones, y una cuenta capital que muestra más salida que ingresos de dólares.

La Argentina necesita dólares y no hay dólares de ingreso a futuro. Eso genera presiones en el mercado de cambios. La transitoria calma que vivimos estos días se debe a algunas medidas tomadas por el Banco Central, como obligar a los bancos a desprenderse de ciertas cantidades de dólares, pero eso no quiere decir que no haya riesgo devaluatorio futuro.

La lucha contra la inflación

El Gobierno de Macri, a mi entender, ha cometido dos grandes errores en su lucha contra la inflación. Uno es haber indexado contratos y las tarifas a dólares, sobre todo del sector energético (gas y petróleo), que sumado a la inflación reinante, agregó un incremento fuerte de costos. La indexación de los contratos tarifarios, que era una cuestión a la que Domingo Cavallo en los 90 se opuso rotundamente para combatir la inflación, y la apertura a capitales externos golondrinas que pueden entrar y salir sin ninguna restricción de tiempo de permanencia en el país han generado que nuestro mercado cambiario sea muy pero muy volátil.

dolaresLa experiencia argentina dice que cuando aumenta el dólar eso se traslada indefectiblemente a precios. Lo que estamos viviendo en estos días es que se ha generado una corrida no sólo de los grandes inversores sino también de los pequeños ahorristas en busca de dólares.

Lo que se nota es que el problema de fondo que heredó del Gobierno anterior, el cepo cambiario es la falta de dólares para los requerimientos de: crecimiento de la economía argentina, el viaje que los ciudadanos quieren hacer al exterior y otras necesidades. Hay una escasez relativa que hace que el dólar hoy suba.

Las tapas de los diarios de estos días no son para nada alentadoras. Ámbito Financiero, en el artículo de Jorge Herrera dice que “el problema es que no hay dólares para todos y todas”, jugando con el slogan del gobierno anterior. Se espera también que en los próximos meses, además de la suba de las tarifas ajustadas en dólares, suban también el precio de los autos. Así vemos que habrá una escalada de precios en el futuro que algunos ya vaticinan será entre el 25% como piso y el 30%, o más, como techo. El alza del dólar tiene factores externos que es básicamente la suba de las tasas de interés en EEUU. Pero también tiene todos estos condimentos locales que hemos mencionado.

“Medidas tomadas por el Banco Central como fue la suba excesiva de tazas al 40% provocará que haya un shock devaluatorio y deficitario”, sostienen economistas como Juan Carlos de Pablo. También vemos que la bolsa en el extranjero pegó fuerte en los papeles argentinos y el Merval se desplomó en un 3% al día lunes. En tanto, otros economistas sostienen que la medida que tomó el Gobierno de recorte presupuestario llega tarde y que es exigua.

Ante este panorama, el gobierno manifestó que va a solicitar ayuda económica al FMI para calmar el mercado cambiario junto con el anunciado ajuste fiscal y suba de tasas de interés cercanas al 40%. Estas medidas así presentadas, hace que lo más probable que nos encaminemos a un escenario de no crecimiento y alta inflación-estanflación.

No se vislumbra un programa económico fiscal equitativo, pues toda la carga esta puesta en el ajuste del sector público, el sistema jubilatorio, los salarios privados y la pérdida de derechos laborales. No hay anuncios respecto del aporte que deberían hacer los sectores como el campo y la minería (retenciones) y del petróleo y del gas (mayor producción para reducir importaciones), el sector bancario y financiero (acceso al crédito más accesible), en esta difícil coyuntura. Tampoco se hace mención de un aporte extraordinario de los grandes grupos e inversores beneficiados del blanqueo reciente que han dejado sus dólares en el extranjero.

El error político del gobierno es no haber convocado al diálogo ni si quiera a sus aliados  dentro de la coalición Cambiemos, menos aún lo ha hecho con el resto de las fuerzas políticas para lograr acuerdos mínimos de gobernabilidad y dar señales políticas y económicas consensuadas necesarias en este contexto. Pues los fantasmas del pasado se han hecho presentes –corralito, plan bonex, maxidevaluación, congelamiento de salarios y pensiones, default, etc.– y el sálvese quien pueda del pasado solo ha beneficiado a los poderosos que ya han tomado sus resguardos.

Ir al FMI puede servir para ganar tiempo, pero sabemos que nunca desde allí vinieron soluciones reales, sino más bien mayores problemas e inconvenientes. A mi entender, el FMI es el mismo de siempre, maquillado seguro, luego de sus desastres en las décadas pasadas en América Latina. Solo basta analizar con detenimiento su comportamiento junto a la Comisión Europea y Banco Central Europeo para dar solución al problema de la deuda Griega.

Los argentinos no sabemos qué garantías otorgó el Gobierno al contraer el endeudamiento de los últimos años. Algunos especulan que los recursos hidrocarburíferos, el litio, otros recursos minerales estratégicos y las empresas del Estado quedaron fuera de la protección de inmunidad soberana contemplada en las emisiones de deuda externa y, por lo tanto, pasaron a ser pasibles de embargo y ejecución en una hipotética disputa legal con acreedores externos.[1]

Si esto último es verdad, para los nuevos buitres es más jugosa la posibilidad de quedarse con las garantías, que cobrar los papeles de deuda.

La Argentina está en una situación difícil, se vienen semanas decisivas y meses muy complicados.

[1] https://www.pagina12.com.ar/34475-denuncian-a-macri-por-abuso-de-garantias

  1. Gracias Quique!! Un análisis muy detallado. La crítica que puedo aportar es que, hemos vuelto a reducir la economía al déficit fiscal, el tipo de cambio y la inflación. Una visión bien “financiera”. Si todo esto anda mal, ¡que mal que estará el mundo productivo! La opción productiva del planteo económico que ha realizado el Gobierno no es sustentable, por eso todas las variables “financieras” se incoordinan… La desigualdad y la exclusión no son sólo un problema moral, ambas -por sí solas- vuelven al sistema no sustentable ¡Imaginá las dos juntas! La salida pasa por cambiar un modelo centrado en lo financiero por otro centrado en el trabajo. Abrazo

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