Chile despide a Andrés Aylwin, defensor de derechos humanos

Chile despide a Andrés Aylwin, defensor de derechos humanos

Integró el grupo de 13 democristianos que condenaron el golpe de 1973. Como abogado, con pasión defendió durante la dictadura a presos y desaparecidos.

Chile despide hoy a Andrés Aylwin Azócar, quien falleció a los 93 y será recordado como el abogado de derechos humanos defensor de las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet. Desde ayer se suceden las palabras de aprecio para esta figura vinculada a la Democracia Cristiana. Andrés Aylwin era hermano de Patricio, presidente de Chile, del mismo partido. Su familia lo ha acompañado en los últimos momentos de vida en su departamento en Santiago donde esperaba serenamente dejar esta vida rodeado por hijos y nietos (era viudo).

Fue diputado por su partido entre 1965 y hasta el golpe de 1973 y, luego del regreso a la democracia lo fue en 1989 y 1993. Era conocido por su rectitud y vida austera. Solía utilizar el transporte público para acudir a las sesiones del Congreso chileno, cuya sede es la ciudad de Valparaíso, a unos 100 km de la capital, donde residía Andrés Aylwin. Rechazó ser senador, así como no aceptó invitaciones a viajar al exterior. Consideraba la política una herramienta para el cambio social. Y era un defensor apasionado de los derechos humanos. Obreros, campesinos, líderes sociales y políticos, estudiantes fueron defendidos por él. Poco después del golpe de 1973, ante la Corte Suprema alegó hasta las lágrimas en defensa de 50 trabajadores desaparecidos, que conocía personalmente, desafiando la furia de los jueces. Integró el grupo de 13 democristianos que condenaron el golpe de Pinochet. Su dedicación a la defensa de los derechos humanos provocó que la junta militar lo relegara, en 1978, en el norte del país, en Guallatire, a 5 mil metros de altura, acosado por el frío. Allí estuvo cerca de la muerte. Las gestiones humanitarias de un policía le salvaron la vida. No por ello calló. Y su rectitud lo llevó a oponerse – no siempre comprendido por sus proprio compañeros de partido, bajo la presidencia de su hermano Patricio Aylwin-, en el regreso a la democracia, al proyecto de amnistía para los violadores de derechos humanos. “En Chile no habrá verdadera reconciliación mientras no pasemos por la verdad y la Justicia”, señaló este combativo abogado.

Desde todos los sectores políticos ha habido palabras de aprecio y reconocimiento. “Chile pierde a uno de sus mejores hombres”, declaró el presidente Sebastián Piñera, líder de una coalición de derecha. La ex presidenta Michelle Bachelet, socialista, escribió en estos días: “Demócrata que en las horas más oscuras se dedicó a defender a quienes estaban siendo silenciados, perseguidos y desaparecidos por la dictadura. Su consecuencia y humildad en su grandeza son una inspiración y un orgullo para nuestra Patria”.

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