2016 ha sido el año más caluroso desde 1880

2016 ha sido el año más caluroso desde 1880

Es cuando se comenzó a medir con más precisión la temperatura media del planeta. Desde 2014 cada año ha sido más caluroso. La necesidad de reducir la huella de carbono.

Los investigadores de la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) confirmaron el mes pasado que 2016 fue el año más caluroso de la historia, al menos desde que comenzaron las mediciones, hacia 1880. Se trata de una marca que se ha venido rompiendo sostenidamente desde 2014, siendo ese año y el 2015 los más calurosos ahora superados por el 2016. Sin embargo, el 2010 se ubica en el cuarto lugar, junto a la gran parte de los años de este comienzo de siglo. Las estimaciones más recientes hacen prever que también 2017 podría figurar en este ranking.

Según Ricardo Bosshard, director de la sección chilena del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), este dato se suma a una serie de señales e indicadores que evidencian la urgencia de actuar contra el cambio climático en forma inmediata y decidida. A nivel global, se registra que estos efectos ya están desestabilizando la producción de alimentos, aumentando la escasez de agua y acelerando la inestabilidad entre las comunidades más vulnerables en todo el mundo.

El experto ha señalado que al respecto varios países europeos están tomando medidas para reducir la huella de carbono. En la cumbre climática COP22, realizada en noviembre pasado en Marruecos,   Francia por ejemplo anunció que cerrará para 2023 sus centrales térmicas de carbón, la mayor fuente de emisiones de CO2. Por su parte, el Reino Unido también anunció que lo hará después del 2025, siendo uno de los grandes productores de carbón. Alemania, en cambio, cerrará para el 2018 sus propias minas de carbón y planea prescindir de este combustible en unos 20 años. Hasta entonces necesitará importarlo siendo que el 18% de la energía que necesita depende de este mineral.

También para el 2018, en España se anuncia el cierre de las explotaciones carboníferas, sin planes concretos para el abandono de la energía producida en base al carbón.

Son buenas noticias, aunque en modo parcial. El objetivo de la comunidad internacional, señalan los expertos, debe ser reducir su dependencia de los combustibles fósiles, privilegiando la producción y el consumo de energía con métodos menos contaminantes, como las fuentes renovables. Cuando un país decide renunciar a producir carbón, pero lo importa de otros, el balance global no cambia, pues ese mineral será extraído por otra nación, a menudo, con menos protecciones contra la contaminación.

 

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